La grasa, es el ingrediente principal del cerebro, y esta nos convirtió en los que somos: Humanos.

Le recuerdo que el cerebro en más del 60% de su peso total es grasa y de esta, el omega-3 DHA es mayoritario.

Buena parte de esta grasa es necesaria para el aislamiento eléctrico de los nervios, para facilitar la integridad del mensaje. Gracias a esta grasa la información cerebral es muy veloz y permite intercambiar fácilmente la información.

La vida en su totalidad no sería posible sin la grasa. Todas las funciones de nuestro organismo son dependientes de la misma. La estructura primaria de la vida, que como bien sabe es la célula, dispone de un alto porcentaje de grasa, dependiendo de esta para su fluidez de membrana. De esta fluidez depende la capacidad de la célula para eliminar los tóxicos internos y también para incorporar los nutrientes extracelulares.

¿Verdad que usted nunca permitiría poner en marcha el motor de su coche sin aceite?

¿Qué ocurría si hiciese esto?

Está bien claro, se griparía el motor. Esto mismo ocurre con su organismo y en concreto con el sistema nervioso, la diferencia es que en el caso del cuerpo humano, el bloqueo del sistema no es inmediato, es paulatino, puede comenzar con algo tan común como la pérdida de memoria y finalizar con un grave problema como es el alzhéimer o las demencias.

Desde estas líneas le queremos animar a mantener una dieta equilibrada con un consumo de grasa moderado y saludable, porque la realidad es que todas las grasas no son iguales, no es lo mismo una grasa saturada como pueden ser los embutidos procesados a una grasa poliinsaturada omega-3 procedente del pescado.